Contaminación del aire doméstico y salud

Unos 2600 millones de personas cocinan y calientan sus hogares con fuegos abiertos y cocinas en los que queman biomasa (madera, excrementos de animales o residuos agrícolas) y carbón.
Cada año, cerca de 4 millones de personas mueren prematuramente por enfermedades atribuibles a la contaminación del aire de los hogares como consecuencia del uso de combustibles sólidos para cocinar.
La contaminación del aire doméstico causa enfermedades no transmisibles, en particular accidente cerebrovascular, cardiopatía isquémica, neumopatía obstructiva crónica y cáncer de pulmón.
Más del 50% de las muertes por neumonía en menores de 5 años son causadas por partículas inhaladas en interiores con aire contaminado.
Contaminación del aire interior y energía de uso doméstico: los 2600 millones olvidados
Unos 2600 millones de personas siguen cocinando y calentando sus hogares con combustibles sólidos (es decir, madera, residuos agrícolas, carbón vegetal y mineral y excrementos de animales) y queroseno, en fuegos abiertos y en cocinas con fugas. En su mayoría son personas pobres que viven en países de ingresos bajos y medianos. 

Esos combustibles y tecnologías ineficientes para cocinar producen elevados niveles de contaminación del aire doméstico dado que liberan elementos nocivos para la salud, tales como pequeñas partículas de hollín que penetran profundamente en los pulmones. En viviendas mal ventiladas el humo puede producir concentraciones de partículas finas 100 veces superiores a las aceptables. La exposición afecta particularmente a las mujeres y los niños, que pasan la mayor parte del tiempo cerca del hogar. 

Consecuencias para la salud
Anualmente, 3,8 millones de personas mueren prematuramente por enfermedades atribuibles a la contaminación del aire doméstico causada por el uso ineficiente de combustibles sólidos y queroseno para cocinar. Entre esas defunciones:  

27% se deben a neumonía
18% a accidente a cerebrovascular
27% a cardiopatía isquémica 
20% a neumopatía obstructiva crónica, ;
y 8% a cáncer de pulmón.
Neumonía
La exposición a la contaminación del aire doméstico casi duplica el riesgo de neumonía en la niñez y es responsable del 45% de todas las muertes por esa enfermedad en niños menores de 5 años. La contaminación del aire doméstico también supone un riesgo de infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores (neumonía) en adultos e influye en el 28% de todas las muertes que padece ese

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
Una de cada cuatro muertes (25%) por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en adultos en países de ingresos bajos y medianos se debe a la contaminación del aire doméstico. Las mujeres expuestas a altos niveles de humo en interiores tienen dos veces más probabilidades de padecer EPOC que las que utilizan combustibles y tecnologías más limpios. Entre los hombres (que ya corren un alto riesgo de EPOC debido a las altas tasas de consumo de tabaco) la exposición a la contaminación del aire doméstico casi duplica ese riesgo.

Accidente cerebrovascular 
12% de todas las defunciones debidas a accidentes cerebrovasculares se pueden atribuir a la exposición diaria a un aire doméstico contaminado por cocinar con combustibles sólidos y queroseno.

Cardiopatía isquémica 
Aproximadamente un 11% de todas las defunciones por cardiopatía isquémica, que representan más de un millón de muertes prematuras cada año, se pueden atribuir a la contaminación del aire doméstico.

Cáncer de pulmón
Aproximadamente el 17% de las defunciones causadas cada año por cáncer de pulmón en adultos son atribuibles a la exposición a los carcinógenos de la contaminación del aire doméstico producida por el uso de queroseno o combustibles sólidos, tales como madera y carbón vegetal o mineral, para cocinar. Las mujeres corren mayor riesgo a raíz de su papel en la preparación de alimentos. 

Otros riesgos y consecuencias para la salud 
En general, las partículas en suspensión pequeñas y otros contaminantes del humo de interiores inflaman las vías respiratorias y los pulmones, dificultan la respuesta inmunitaria y reducen la capacidad de oxigenación de la sangre. 

Además, se ha demostrado la relación entre la contaminación del aire doméstico y el bajo peso al nacer, la tuberculosis, las cataratas y los cánceres nasofaríngeos y laríngeos. 

La mortalidad debida a cardiopatías isquémicas y accidentes cerebrovasculares también se ve influida por factores de riesgo, como la hipertensión, las dietas malsanas, la falta de actividad física y el consumo de tabaco. Algunos factores de riesgo de neumonía infantil son la lactancia materna insuficiente, el bajo peso al nacer y el humo de tabaco ajeno. En cuanto al cáncer de pulmón y la neumopatía obstructiva crónica, el consumo de tabaco y el humo de tabaco ajeno también son factores de riesgo importantes.  

Repercusiones en la equidad sanitaria, el desarrollo y el cambio climático
Sin un cambio sustancial en las políticas, el número de personas sin acceso a combustibles y tecnologías limpias se mantendrá prácticamente sin cambios hasta 2030 (Organismo Internacional de Energía, 2017 (1)) lo que supone un obstáculo para alcanzar los Objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.  

La recolección del combustible aumenta el riesgo de que se produzcan daños en el sistema muscoesquelético y consume una parte considerable del tiempo de las mujeres y los niños, lo que limita la realización de otras actividades productivas (como las destinadas a generar ingresos) y aleja a los niños de la escuela. En entornos poco seguros, las mujeres y los niños se exponen a sufrir traumatismos y violencia mientras recogen combustible. 

El hollín (partículas de hollín) y el metano emitidos por la combustión en cocinas ineficientes son contaminantes que agravan de forma considerable el cambio climático. 

Muchos de los combustibles y tecnologías utilizados en los hogares para cocinar, calentarse y con fines de iluminación presentan riesgos para la seguridad. La ingestión de queroseno es la principal causa de intoxicación infantil, y una gran parte de las quemaduras y lesiones graves que ocurren en los países de ingresos bajos y medianos están relacionadas con el uso de energía en el hogar para los tres fines mencionados anteriormente. 

El hecho de que al menos mil millones de personas no tengan acceso a la electricidad y de que muchas de ellas utilicen lámparas de queroseno para la iluminación del hogar expone a las personas a niveles muy altos de partículas finas y crea otros riesgos para la salud, tales como quemaduras y otras lesiones e intoxicaciones por ingesta de combustible, además de poner trabas a otras oportunidades de salud y desarrollo que requieren una buena iluminación, como los estudios o las actividades artesanales y comerciales a pequeña escala. 

Respuesta de la OMS 
La OMS presta asistencia técnica a los países para que realicen sus propias evaluaciones y fomenten el uso doméstico de tecnologías y combustibles que preserven la salud. La OMS está creando capacidad en los países y regiones para hacer frente a la contaminación del aire doméstico mediante consultas directas y talleres sobre energía y salud en los hogares. Esto se complementa además con el desarrollo en curso del conjunto de soluciones para promover energías domésticas limpias (Clean Household Energy Solutions Toolkit (CHEST)), con el que se apoya la aplicación de las Directrices de la OMS sobre la calidad del aire de interiores: quema de combustibles en los hogares. CHEST es un conjunto de herramientas y recursos de información que ayudan a los países a saber quiénes son las partes interesadas que trabajan en el campo de la energía de uso doméstico y/o la salud pública, con miras a diseñar, aplicar y monitorear políticas relativas a la energía para ese uso. 

Directrices sobre calidad del aire y uso de combustibles en los hogares
Para asegurar que el aire de la vivienda y de su entorno sea saludable, las directrices de la OMS sobre calidad del aire y uso de combustibles en los hogares (Guidelines for indoor air quality: household fuel combustion) contienen recomendaciones relativas a los tipos de combustibles y tecnologías para proteger la salud, así como estrategias para la difusión eficaz de esas tecnologías energéticas domésticas. Esas recomendaciones se basan en las directrices de la OMS sobre calidad del aire exterior y las orientaciones de la OMS sobre los niveles de contaminantes específicos en interiores.

Base de datos mundial sobre el uso energético en los hogares
La base de datos de la OMS sobre energía en los hogares se utiliza para realizar el seguimiento de los progresos mundiales en la transición hacia combinaciones más limpias de combustibles y cocinas en los hogares, y facilitar la evaluación de la carga de morbilidad relacionada con la contaminación del aire doméstico generada por el uso de combustibles y tecnologías contaminantes. Actualmente, la base de datos incluye datos de hogares procedentes de más de 1100 encuestas, que representan a 157 países. Se ha ampliado para incluir información sobre las tecnologías y los combustibles domésticos utilizados para calentar e iluminar.

Como organismo custodio del indicador 3.9.1 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Tasa de mortalidad atribuida a la contaminación de los hogares y del aire ambiente) y 7.1.2 (Proporción de la población cuya fuente primaria de energía son los combustibles y tecnologías limpios), la OMS utiliza la base de datos mundial sobre el uso energético en los hogares para obtener estimaciones con las que realizar el seguimiento de los progresos hacia el logro del acceso universal a la energía limpia y de las consecuencias para la salud.

Investigación y evaluación de programas
La OMS colabora con países, investigadores y otros asociados con el objeto de armonizar métodos de evaluación en diferentes entornos, de modo que se puedan evaluar con coherencia y rigor las consecuencias sanitarias, e incorporar también la evaluación económica de las prestaciones de salud.

Liderazgo y actividades de promoción en los sectores de la salud, la energía y el clima
Sector de la salud
En mayo de 2015, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó por unanimidad una resolución sobre la contaminación del aire y la salud, en la que se pedía la integración de los problemas de salud en las políticas nacionales, regionales y locales relacionadas con la contaminación del aire. El año siguiente, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una «Hoja de ruta para una acción mejorada» y pidió una mayor cooperación intersectorial para abordar los riesgos para la salud de la contaminación del aire.

La OMS trabaja para integrar la orientación y los recursos de apoyo a la energía doméstica limpia en los instrumentos mundiales de las iniciativas de salud y de apoyo para la toma de decisiones, entre ellos el Plan de Acción Mundial contra la Neumonía y las Enfermedades Diarreicas o la Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, el Niño y el Adolescente, así como en otros aspectos de la propia orientación sobre políticas de la OMS. En diversos foros globales sobre cuestiones de salud maternoinfantil relacionadas con la neumonía, así como en foros sobre enfermedades no transmisibles en adultos, la Organización sostiene los convincentes argumentos de salud en favor de una energía doméstica más limpia. Esto puede acrecentar la sensibilización acerca de la importancia de ampliar el suministro de energía doméstica más limpia, como una medida esencial de prevención en el ámbito de la salud pública.

Salud y cambio climático
La OMS es uno de los asociados de la Coalición Clima y Aire Limpio para Reducir los Contaminantes del Clima de Corta Vida. Como miembro del grupo especial sobre salud de esa Coalición, la OMS presta asistencia técnica para que se aprovechen los beneficios para la salud de las medidas orientadas a reducir los contaminantes de corta vida, y trabaja con el fin de mejorar la calidad del aire y afianzar el compromiso del sector de la salud para hacer frente al problema que plantean esos contaminantes.

Salud, energía y desarrollo sostenible
Las reducciones de la carga de morbilidad por enfermedades relacionadas con la contaminación del aire (interior y exterior) se utilizarán para hacer un seguimiento de los progresos realizados hacia el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible relativo a la salud (ODS 3).

Garantizar el acceso universal a tecnologías y combustibles limpios es una meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible relativo a la energía (ODS 7). El cumplimiento de esta meta evitaría millones de muertes y mejoraría la salud y el bienestar de miles de millones de personas que dependen de tecnologías y combustibles contaminantes para cocinar, calentarse y alumbrar su hogar.

Para evaluar mejor los riesgos sanitarios y las consecuencias diferenciadas relativas al género del uso de energías en los hogares, la OMS está liderando una iniciativa junto con los países y los organismos encuestadores (por ejemplo, la Encuesta sobre Demografía y Salud [DHS] de la USAID, las encuestas de indicadores múltiples por conglomerados [MICS] del UNICEF y el estudio de medición de los niveles de vida [LSMS] del Banco Mundial) a fin de mejorar, armonizar y poner a prueba nuevas preguntas para los censos nacionales. En el marco de esa iniciativa también se realizará un estudio para recopilar información más completa sobre todas las tecnologías y combustibles utilizados en los hogares para cocinar, calentarse y con fines de iluminación, así como sobre otros aspectos, como el tiempo invertido en recoger combustible.

La OMS también apoya las iniciativas internacionales destinadas a reducir la contaminación del aire y las repercusiones para la salud conexas, como la Clean Cooking Alliance y la Coalición Clima y Aire Limpio.

(1) Informe Especial WEO-2017: Energy Access Outlook, Organismo Internacional de Energía, 2017 (https://webstore.iea.org/weo-2017-special-report-energy-access-outlook)
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CHEST Brochure (591 KB)