Servicios sanitarios de calidad

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible subrayan que la calidad es un elemento clave de la cobertura sanitaria universal. La meta 3.8 de los ODS insta a los países a lograr la cobertura sanitaria universal, incluida la protección contra los riesgos financieros, y el acceso a servicios de salud esenciales de calidad.
Cada año se atribuyen entre 5,7 y 8,4 millones de muertes a la atención de calidad deficiente en los países de ingresos bajos y medianos, lo que representa hasta el 15% de las muertes en esos países.
El 60% de las muertes en los países de ingresos bajos y medianos por afecciones que requieren atención sanitaria son imputables a la atención de calidad deficiente, mientras que las muertes restantes son consecuencia de que no se utilice el sistema de salud.
En esos países, la atención de calidad insuficiente conlleva pérdidas de productividad por valor de US$ 1,4 a US$ 1,6 billones anuales
En los países de ingresos altos, 1 de cada 10 pacientes sufre daños al recibir atención hospitalaria, y cabe prever que 7 de cada 100 pacientes hospitalizados contraigan una infección relacionada con la atención sanitaria.
Se ha estimado que los sistemas de salud de alta calidad podrían evitar 2,5 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares, 900 000 muertes por tuberculosis, 1 millón de muertes de recién nacidos y la mitad de todas las muertes maternas cada año.
A nivel mundial, las estructuras esenciales para lograr una atención de calidad son insuficientes: 1 de cada 8 centros sanitarios no tiene abastecimiento de agua, 1 de cada 5 no tiene servicio de saneamiento y 1 de cada 6 no tiene instalaciones para lavarse las manos en los puntos de atención.
Se calcula que 1800 millones de personas, es decir, el 24% de la población mundial, viven en contextos frágiles en los que hay dificultades para la prestación de servicios de salud esenciales de calidad. En esos contextos se registra una gran proporción de las muertes maternas, infantiles y neonatales evitables.
¿Qué es la calidad?
La calidad de la atención es el grado en que los servicios de salud para las personas y los grupos de población incrementan la probabilidad de alcanzar resultados sanitarios deseados y se ajustan a conocimientos profesionales basados en datos probatorios. Esta definición de calidad de la atención abarca la promoción, la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y la paliación, e implica que la calidad de la atención puede medirse y mejorarse continuamente mediante la prestación de una atención basada en datos probatorios que tenga en cuenta las necesidades y preferencias de los usuarios de los servicios: los pacientes, las familias y las comunidades.

En los últimos decenios se han descrito diferentes elementos de la calidad. Actualmente hay un consenso evidente en cuanto a los servicios sanitarios de calidad, que deben ser:

eficaces: proporcionarán servicios de salud basados en datos probatorios a quienes los necesiten;
seguros: evitarán lesionar a las personas a las que dispensen atención;
centrados en la persona: dispensarán atención adecuada a las preferencias, las necesidades y los valores personales, en el marco de servicios sanitarios que se organizan en torno a las necesidades de la persona;
oportunos: reducirán los tiempos de espera y las demoras, que en ocasiones son perjudiciales, tanto para los que reciben la atención como para los que la prestan;
equitativos: dispensarán una atención cuya calidad no variará por motivos de edad, sexo, género, raza, etnia, lugar geográfico, religión, situación socioeconómica, idioma o afiliación política;
integrados: dispensarán una atención coordinada a todos los niveles y entre los distintos proveedores que facilite toda la gama de servicios sanitarios durante el curso de la vida; y
eficientes: maximizarán los beneficios de los recursos disponibles y evitarán el despilfarro.
Muchos de estos atributos de calidad están estrechamente relacionados con principios éticos.

Cobertura sanitaria universal y calidad: un compromiso mundial
El objetivo general de la cobertura sanitaria universal es que todas las personas que necesitan servicios de salud reciban atención de alta calidad sin exponerse a dificultades financieras. Así, los servicios sanitarios de calidad (de promoción, prevención, cura, rehabilitación y paliación) están integrados en la definición de cobertura sanitaria universal. Incluso con un mayor acceso a los servicios, las mejoras de la salud pueden seguir sin concretarse a menos que esos servicios sean de calidad suficiente para ser eficaces.

La Declaración política de las Naciones Unidas sobre la cobertura sanitaria universal, adoptada por los líderes mundiales en septiembre de 2019, reafirmó el compromiso de ofrecer progresivamente cobertura a otros 1000 millones de personas para 2023 con servicios sanitarios esenciales de calidad, con miras a ampliar la cobertura a todas las personas para 2030.

Tomar medidas en pro de la calidad
Los servicios sanitarios de calidad son un producto tanto del entorno más amplio de los sistemas sanitarios como de las medidas que adoptan los proveedores y las personas que trabajan en el sistema. La OMS, la OCDE y el Banco Mundial han propuesto una serie de medidas de los principales interesados (gobiernos, sistemas de salud, ciudadanos y pacientes, y personal sanitario) que deberían trabajar juntos para lograr el objetivo de la prestación de servicios sanitarios de calidad en primera línea.

Orientación estratégica nacional en materia de calidad: las políticas y estrategias nacionales destinadas a mejorar la calidad de la atención proporcionan una base sólida para aumentar la calidad en todo el sistema de salud y deberían estar estrechamente armonizadas con la política y la planificación nacionales de salud de ámbito más general. En el eje de la política y la estrategia nacionales de calidad se encuentra un conjunto pragmático de intervenciones que reflejan las medidas necesarias en todo el sistema de salud para diseñar el entorno del sistema, reducir los daños, mejorar la atención clínica y lograr la implicación de los pacientes, las familias y las comunidades. Los países disponen para su consideración de una lista ilustrativa de intervenciones en materia de calidad en cada una de esas esferas.

Calidad en todo el sistema de salud: además de un entorno de políticas propicio, para prestar servicios de calidad hace falta una buena gobernanza; un personal sanitario cualificado y competente que cuente con apoyo y esté motivado; mecanismos de financiación que posibiliten y fomenten una atención de calidad; sistemas de información que continuamente realicen labores de vigilancia y aprendan a impulsar una atención mejor; medicamentos, dispositivos y tecnologías que estén disponibles, sean inocuos y estén debidamente regulados; y centros sanitarios accesibles y bien equipados.

Atención de salud primaria de alta calidad: la atención primaria de salud es fundamental para ofrecer una cobertura sanitaria universal de alta calidad. Los tres pilares interrelacionados de la atención primaria de salud son: empoderar a las personas e implicar a las comunidades; medidas multisectoriales en materia de salud; y servicios de salud que prioricen la prestación de atención primaria de alta calidad y las funciones esenciales de salud pública. En todos estos elementos hace falta poner especial atención en la calidad.

Seguimiento y evaluación: la calidad debe medirse y supervisarse continuamente a fin de impulsar mejoras. Esa labor se basa en datos precisos, oportunos y útiles para adoptar medidas. La integración de las iniciativas mundiales y nacionales de medición es fundamental para garantizar que los países recopilen datos relevantes y utilicen esos datos para transformar y mejorar sus sistemas de prestación de servicios. Por ejemplo, el papel de los sistemas de aprendizaje y de notificación de eventos adversos es fundamental en ese contexto.

Compartir y aprender: más allá de la medición de indicadores clave para fines de mejora, existe una clara necesidad de recopilar y compartir enseñanzas y experiencias en materia de calidad a nivel nacional e internacional a fin de establecer un proceso de intercambio de ideas y de aprendizaje activo. Esos conocimientos, que surgen en todos los niveles de los sistemas de salud nacionales, deben compartirse a nivel mundial y en el sistema de salud local.

Sistemas de salud resilientes de calidad: la calidad y la resiliencia son conceptos estrechamente relacionados. Los sistemas de salud, para ser resilientes, necesitan prestar servicios de salud de calidad antes de una emergencia de salud pública, mantenerlos durante el desarrollo de la emergencia y mejorarlos tras su finalización. Los servicios sanitarios de calidad son fundamentales durante las emergencias y sirven como punto de enlace entre las comunidades y el sistema de salud.

Por último, en todo el mundo se necesita un cambio fundamental en la prestación de servicios, de manera que se presten servicios de calidad con compasión, centrados en las necesidades de las personas y las comunidades, puesto que se ha demostrado que la prestación de servicios con compasión mejora los resultados en varios contextos.

Respuesta de la OMS
La OMS está colaborando con los Estados Miembros y sus asociados para garantizar que la calidad de los servicios de salud sea un componente clave para hacer realidad la cobertura sanitaria universal.

En concreto, la OMS está:

apoyando a los países en la elaboración, el perfeccionamiento y la aplicación de políticas y estrategias nacionales de calidad para un enfoque integrado de los servicios sanitarios de calidad;
trabajando con asociados y una red de países para aprender a mejorar la calidad de la atención de la salud materna, neonatal e infantil en la medida adecuada y de manera sostenible;
elaborando los fundamentos técnicos para mejorar la calidad de la atención en contextos frágiles, vulnerables y afectados por conflictos;
reforzando la capacidad de prevención y control de infecciones junto con las iniciativas relacionadas con el agua, el saneamiento y la higiene, habida cuenta de que esos dos ámbitos son fundamentales para la calidad de los servicios de salud;
promoviendo iniciativas relativas a la seguridad de los pacientes para reducir el daño a estos en la prestación de servicios sanitarios esenciales de calidad;
encabezando el establecimiento de marcos de medición de la calidad de la atención, de indicadores y de informes sobre los progresos realizados;
contribuyendo al intercambio de enseñanzas y experiencias a nivel nacional e internacional sobre calidad de la atención primaria de salud por conducto del Laboratorio mundial de aprendizaje de la OMS y mediante el fomento de alianzas de hermanamiento para mejorar la calidad de la atención; y
prestando apoyo a los países en su labor de implicación comunitaria para ofrecer servicios sanitarios de calidad, centrados en las personas y resilientes.