Asma

  • El asma es una de las principales enfermedades no transmisibles (ENT), que afecta a niños y adultos.
  • La inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias finas en los pulmones causan los síntomas del asma, que pueden presentarse en forma de tos, sibilancias, disnea y opresión torácica.
  • Se estima que, en 2019, el asma afectó a 262 millones de personas y causó 461 000 muertes (1).
  • Se estima que en 2016 había más de 339 millones de personas con asma en todo el mundo (1). El asma es una enfermedad frecuente en niños.
  • El asma se puede controlar con medicación; evitando sus desencadenantes también puede reducir su gravedad.
  • Evitar los desencadenantes del asma también puede contribuir a reducir sus síntomas.
  • La mayor parte de las muertes relacionadas con el asma se producen en países de ingreso bajo y mediano-bajo, en los que la falta de diagnóstico y tratamiento suponen un problema.
  • La OMS se compromete a mejorar el diagnóstico, el tratamiento y la vigilancia del asma, a fin de reducir la carga mundial de las ENT y avanzar hacia la cobertura sanitaria universal.

¿Qué es el asma?

El asma es una enfermedad crónica que afecta a niños y adultos. Las vías que conducen el aire a los pulmones se estrechan debido a la inflamación y la compresión de los músculos que rodean las vías respiratorias finas. Ello causa los síntomas del asma: tos, sibilancias, disnea y opresión torácica. Estos síntomas son intermitentes, y suelen agravarse durante la noche o al hacer ejercicio. Otros factores desencadenantes frecuentes pueden agravar los síntomas del asma. Los desencadenantes varían de una persona a otra, pero entre ellos figuran las infecciones víricas (resfriados), el polvo, el humo, los gases, los cambios meteorológicos, los pólenes de gramíneas y árboles, el pelaje y las plumas de animales, los jabones fuertes y los perfumes.

Consecuencias del asma en la vida cotidiana

El asma es una enfermedad que se diagnostica y trata menos de lo que debiera, en particular en los países de ingreso bajo y mediano-bajo.

Las personas que no reciben un tratamiento adecuado contra el asma pueden sufrir trastornos del sueño, cansancio durante el día y problemas de concentración. Las personas asmáticas y sus familiares pueden tener que ausentarse de la escuela y el trabajo, lo que tiene repercusiones económicas para la familia y la comunidad en general. Cuando los síntomas son graves, las personas asmáticas pueden precisar cuidados urgentes y tal vez tengan que ingresar en un hospital para ser tratadas y vigiladas. En los casos más graves, el asma puede ser letal.

Causas del asma

Si bien se han asociado muy distintos factores al mayor riesgo de padecer asma, muchas veces es difícil encontrar una única causa directa.

  • La probabilidad de padecer asma es mayor si otros miembros de la familia también son asmáticos, en particular los familiares más cercanos, como los padres o hermanos.
  • El asma es más frecuente en personas que sufren otras alergias, como eccemas o rinitis (fiebre del heno).
  • La urbanización se ha asociado a un aumento de la prevalencia del asma, probablemente debido a varios factores que guardan relación con el estilo de vida.
  • Determinados acontecimientos ocurridos en etapas tempranas de la vida pueden afectar a los pulmones en desarrollo y aumentar el riesgo de padecer asma. Entre estos factores cabe mencionar la insuficiencia ponderal del recién nacido, la prematuridad, la exposición al humo de tabaco y otras fuentes de contaminación del aire, así como las infecciones respiratorias víricas.
  • También se cree que la exposición a una serie de alérgenos y sustancias irritantes del medio ambiente puede aumentar el riesgo de padecer asma, como la contaminación del aire en espacios cerrados y en el exterior, los ácaros del polvo doméstico, los mohos y la exposición en el trabajo a sustancias químicas, humos o polvo.
  • Los niños y adultos con sobrepeso u obesos corren un mayor riesgo de padecer asma.

Reducir la carga del asma

Si bien el asma no tiene cura, un tratamiento adecuado con medicamentos inhalados puede ayudar a controlar la enfermedad y facilitar que las personas asmáticas lleven una vida normal y activa.

Existen dos tipos principales de inhaladores:

  • los broncodilatadores (como el salbutamol), que liberan las vías respiratorias y alivian los síntomas; y
  • los esteroides (como la beclometasona), que reducen la inflamación de las vías respiratorias, lo que mejora los síntomas del asma y reduce el riesgo de ataques graves de asma y de muerte.

Las personas asmáticas pueden tener que utilizar un inhalador a diario. Su tratamiento dependerá de la frecuencia de los síntomas y de los distintos tipos de inhaladores disponibles.

En muchos países, el acceso a los inhaladores sigue siendo un problema. En 2019 y, en los países de ingreso bajo, solo la mitad de las personas asmáticas tenían acceso a un broncodilatador y menos de una de cada cinco tenía acceso a un inhalador de esteroides en los establecimientos de atención primaria de salud (2).

Las personas que padecen asma y sus familiares necesitan formación para conocer mejor su enfermedad, su tratamiento, los desencadenantes que tienen que evitar y cómo tratar sus síntomas en casa. También es importante sensibilizar a la comunidad para acabar con los mitos y la estigmatización asociados al asma en algunos entornos.

Estrategia de la OMS para la prevención y el control del asma

El asma figura en el Plan de Acción Mundial de la OMS para la Prevención y el Control de las ENT y en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

La OMS está adoptando medidas para mejorar el diagnóstico y el tratamiento del asma.

Así, por ejemplo, el Conjunto de intervenciones esenciales de la OMS contra las enfermedades no transmisibles (PEN) se elaboró con objeto de mejorar el tratamiento de las ENT en la atención primaria de salud en entornos de bajos recursos. Este conjunto de intervenciones incluye protocolos para la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades respiratorias crónicas (como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica), así como módulos de asesoramiento sobre modos de vida sanos, como el abandono del hábito tabáquico o la autoasistencia.

Reducir la exposición al humo de tabaco es importante tanto para la prevención primaria del asma como para el tratamiento de la enfermedad. El Convenio Marco para el Control del Tabaco permite avanzar en este ámbito, al igual que diversas iniciativas de la OMS, como el plan de medidas MPOWER o el programa mTobacco Cessation.

Alianza Mundial contra las Enfermedades Respiratorias Crónicas

La Alianza Mundial contra las Enfermedades Respiratorias Crónicas (GARD) contribuye a la labor de la OMS en materia de prevención y control de dichas enfermedades. Se trata de una alianza voluntaria de organizaciones nacionales e internacionales y organismos de numerosos países, comprometida con la visión de un mundo en el que todas las personas puedan respirar libremente.