Fiebre del Valle del Rift

La fiebre del Valle del Rift (FVR) es una zoonosis vírica que afecta principalmente a los animales, si bien también puede afectar al ser humano.
La mayoría de las infecciones en el ser humano se deben al contacto con sangre u órganos de animales infectados.
Asimismo, se han producido infecciones por picadura de mosquitos infectados.
Hasta la fecha no se ha documentado la transmisión de persona a persona.
El periodo de incubación (intervalo entre la infección y el inicio de los síntomas) oscila entre dos y seis días.
Los brotes de FVR en los animales se pueden prevenir mediante un programa continuo de vacunación.
Generalidades
La fiebre del Valle del Rift (FVR) es una zoonosis vírica que afecta principalmente a los animales, si bien también puede afectar al ser humano. La enfermedad que causa esta infección puede ser grave tanto en los animales como en el ser humano. Asimismo, produce importantes pérdidas económicas debido a las muertes y a los abortos que causa en el ganado infectado.

El virus de la FVR (VFVR), que pertenece al género Phlebovirus, se identificó por vez primera en 1931 durante una epizootia ovina en una granja del Valle de Rift (Kenya).

Desde entonces se han notificado varios brotes en el África subsahariana. En 1997 se registró un brote de carácter explosivo en Egipto, país donde el VFVR se había introducido por vía del comercio de ganado a lo largo del sistema de riego del Nilo. En 1997-1998 se produjo un brote importante en Kenya, Somalia y Tanzanía tras las grandes inundaciones causadas por el fenómeno de El Niño. Nuevamente a través del comercio de ganado infectado procedente del Cuerno de África, el virus se propagó a Arabia Saudita y Yemen en septiembre de 2000. Estos primeros casos fuera del continente africano causaron preocupación por su posible propagación a otras zonas de Asia y a Europa.

Transmisión al ser humano
La mayoría de las infecciones humanas se deben al contacto directo o indirecto con sangre u órganos de animales infectados. La transmisión a través de la manipulación de tejidos animales se puede producir durante el sacrificio o el despiece, la asistencia al parto de los animales, la realización de procedimientos veterinarios o la eliminación de animales o fetos muertos. Por tanto hay profesiones, como los pastores, granjeros, matarifes y veterinarios, que corren mayor riesgo de contraer la infección.

El virus infecta al ser humano por inoculación (por ejemplo, a través de una herida con un instrumento cortante contaminado o del contacto con una solución de continuidad de la piel) o por inhalación de aerosoles producidos durante el sacrificio de los animales infectados.

Algunos datos indican que el ser humano se puede infectar a través de la ingestión de leche no pasteurizada o no hervida de animales infectados.

Asimismo, se han producido infecciones por picadura de mosquitos infectados, sobre todo de los géneros Aedes y Culex, y también es posible la transmisión por moscas hematófagas (que se alimentan de sangre).
Hasta la fecha no se ha documentado la transmisión de persona a persona y tampoco ha habido casos de transmisión al personal sanitario cuando se han tomado las precauciones básicas para el control de las infecciones.
No se han notificado brotes de FVR en zonas urbanas.
Características clínicas en el ser humano
Forma leve de la FVR en el ser humano
El periodo de incubación (intervalo entre la infección y el inicio de los síntomas) oscila entre dos y seis días.
Las personas infectadas son asintomáticas o padecen una forma leve de la enfermedad caracterizada por un síndrome febril de tipo gripal con cefalea y dolores musculares y articulares. Algunos pacientes presentan rigidez de la nuca, sensibilidad a la luz, pérdida de apetito y vómitos; estos casos pueden confundirse en sus fases iniciales con una meningitis.
Los síntomas de la FVR generalmente duran entre cuatro y siete días, al cabo de los cuales se detecta una respuesta inmunitaria (aparición de anticuerpos) y el virus desaparece de la sangre.

Forma grave de la FVR en el ser humano
Aunque la mayoría de los casos humanos son relativamente leves, un pequeño porcentaje de pacientes sufre una forma mucho más grave de la enfermedad, generalmente consistente en la aparición de uno o más de los tres síndromes siguientes: enfermedad ocular (0,5-2% de los casos), meningoencefalitis (menos del 1%) o fiebre hemorrágica (menos del 1%).

Forma ocular: en estos casos los síntomas habituales de la forma leve se acompañan de lesiones retinianas. Las lesiones oculares suelen aparecer entre una y tres semanas después de los primeros síntomas. Los pacientes suelen quejarse de pérdida de visión o visión borrosa. Estos síntomas pueden desaparecer en 10 a 12 semanas sin dejar secuelas. No obstante, cuando las lesiones afectan a la mácula, el 50% de los casos sufren una pérdida de visión permanente. La muerte es infrecuente en las personas que solo padecen la forma ocular.
Forma meningoencefalítica: suele aparecer entre una y cuatro semanas después de los primeros síntomas de la FVR. Entre sus manifestaciones clínicas destacan: cefaleas intensas, pérdida de memoria, alucinaciones, confusión, desorientación, vértigo, convulsiones, letargo y coma. Más tarde (60 días o más) pueden aparecer complicaciones neurológicas. La tasa de mortalidad es baja en estos pacientes, aunque las secuelas neurológicas son frecuentes y potencialmente graves.
Fiebre hemorrágica: los síntomas de esta forma aparecen entre dos y cuatro días después del inicio de la enfermedad, y comienzan con signos de afectación hepática grave, tales como ictericia. Posteriormente aparecen signos hemorrágicos: hematemesis (vómitos de sangre), melenas (sangre en heces), púrpura o equimosis (causadas por hemorragias cutáneas), hemorragias nasales o gingivales, menorragia o sangrado por los puntos de venopunción. La tasa de letalidad de la forma hemorrágica es elevada (aproximadamente 50%). La muerte suele producirse de tres a seis días después del inicio de los síntomas. En los pacientes con FVR icterohemorrágica el virus puede ser detectable en la sangre durante periodos de hasta 10 días.
La tasa de letalidad total ha variado mucho en las diferentes epidemias, pero en general ha sido inferior al 1% en las que están documentadas. La mayoría de las muertes corresponden a pacientes con la forma icterohemorrágica.

Brotes registrados desde 2000:
Forma grave de la FVR en el ser humano

República del Níger (2016): al 11 de octubre de 2016, el Ministerio de Salud notificó 105 casos sospechosos de FVR en el ser humano en la región de Tahoua, de ellos 28 casos mortales.

República de Mauritania (2012): el Ministerio de Salud de Mauritania declaró un brote de RVF el 4 de octubre de 2012. Entre el 16 de septiembre (fecha de diagnóstico del primer caso) y el 13 de noviembre de ese año se notificaron 36 casos, 18 de ellos mortales, en seis regiones mauritanas.

República de Sudáfrica (2010): entre febrero y julio de 2010, el Gobierno de Sudáfrica notificó 237 casos confirmados de FVR en el ser humano, 26 de ellos mortales, en nueve provincias del país.

Madagascar (2008-2009): entre diciembre de 2008 y mayo de 2009 el Ministerio de Salud de Madagascar notificó 236 casos sospechosos, siete de ellos mortales.

Madagascar (2008): el Ministerio de Salud de Madagascar notificó un brote de RVF el 17 de abril de 2008. Entre enero y junio de ese año se registraron 476 casos sospechosos en cuatro provincias, 19 de ellos mortales.

Sudán (2007): el 28 de octubre de 2008, el Ministerio Federal de Salud del Sudán notificó un brote de RVF. Entre noviembre de 2007 y enero de ese año se notificaron 738 casos en este país, 230 de ellos mortales.

Kenya, Somalia y Tanzanía (2006): entre el 30 de noviembre de 2006 y el 12 de marzo de 2007, Kenya notificó 684 casos de FVR, 234 de ellos mortales. Entre el 19 de diciembre de 2006 y el 20 de febrero de 2007 se registraron 114 casos en Somalia, 51 de ellos mortales. En cuanto a Tanzanía, entre el 13 de enero y el 3 de mayo de 2007 se registraron 264 casos, 109 de ellos mortales.

Egipto (2003): el Ministerio de Salud de Egipto notificó 148 casos de FVR, 27 de ellos mortales.

Arabia Saudita y Yemen (2000): el Ministerio de Salud de Arabia Saudita notificó 516 casos de FVR, 87 de ellos mortales. En 2000, el Ministerio de Salud Pública del Yemen notificó 1087 casos sospechosos, 121 de ellos mortales.

Diagnóstico
Debido a que los síntomas de la FVR son variados e inespecíficos, el diagnóstico clínico suele ser complejo, sobre todo al principio de la evolución de la enfermedad. Es difícil distinguir la FVR de otras fiebres hemorrágicas de origen vírico y de muchas otras enfermedades que causan fiebre, como el paludismo, la shigelosis, la fiebre tifoidea y la fiebre amarilla.

Las pruebas que permiten realizar un diagnóstico definitivo solo están disponibles en los laboratorios de referencia. Las muestras que se envíen a estos laboratorios pueden ser peligrosas y se deben manipular con extremo cuidado. La infección por el VFVR solo se puede diagnosticar de forma concluyente en el laboratorio mediante las siguientes pruebas:

reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa (RCP-RT);
enzimoinmunoanálisis de adsorción (ELISA) para la detección de IgG e IgM;
aislamiento del virus en cultivo celular.
Tratamiento y vacunación
Puesto que la mayoría de los casos de FVR son relativamente leves y de corta duración, estos pacientes no necesitan tratamiento específico. En los casos más graves, lo más frecuente es un tratamiento sintomático general.

Se ha desarrollado una vacuna inactivada para uso humano cuya comercialización no está autorizada. Solo se ha utilizado de forma experimental para proteger al personal veterinario y de laboratorio con alto riesgo de exposición a la FVR. Se están investigando otras vacunas experimentales.

El virus de la FVR en huéspedes animales
El virus de la FVR puede infectar a muchas especies de animales y causar enfermedades graves a animales domésticos como la vaca, la oveja, la cabra o el camello. La oveja parece ser más vulnerable que la vaca o el camello.

También se ha demostrado que la edad es otro importante factor en la vulnerabilidad de los animales a la forma grave de la enfermedad: el 90% de los corderos infectados mueren, mientras que la mortalidad de las ovejas adultas puede ser tan solo del 10%.

La tasa de abortos en las ovejas gestantes infectadas se acerca al 100%. Los brotes de FVR en los animales se manifiestan frecuentemente por una ola de abortos inexplicados en el ganado, que puede ser la señal del inicio de una epidemia.

Ecología de la FVR y los mosquitos vectores
Hay varias especies diferentes de mosquitos que pueden actuar como vectores del VFVR. La especie dominante como vector varía según la región, y cada especie pueden desempeñar funciones diferentes en el mantenimiento de la transmisión del virus.

Entre los animales, el VFVR se propaga principalmente por la picadura de mosquitos infectados, sobre todo del género Aedes, en quienes el virus se introduce cuando se alimentan de la sangre de animales infectados. Las hembras también pueden transmitir el virus directamente a su descendencia a través de los huevos, produciendo así nuevas generaciones de mosquitos infectados.

Sin embargo, al analizar los brotes importantes de FVR se deben tener en cuenta dos situaciones distintas desde el plano ecológico. En las zonas donde se encuentran los focos principales, el virus persiste mediante la transmisión entre vectores y huéspedes y se mantiene por transmisión vertical a través de los mosquitos Aedes. Durante un brote importante en los focos primarios, la enfermedad puede propagarse a focos secundarios a causa del desplazamiento de ganado o, de forma pasiva, por vía de la dispersión de mosquitos, y se amplifica en los rumiantes no tratados previamente a través de la picadura de mosquitos presentes en la zona que son capaces de transmitirlo (Culex , Anopheles y Mansonia), que actúan como vectores mecánicos. Los sistemas de riego donde las poblaciones de mosquitos son abundantes durante largos periodos del año son lugares que favorecen mucho la transmisión secundaria de la enfermedad.

Prevención y control
Control de la FVR en los animales
Los brotes de FVR en los animales pueden prevenirse mediante un programa continuo de vacunación. Se han desarrollado vacunas de uso veterinario, tanto con virus vivos atenuados como con virus inactivados. Solo se necesita una dosis de vacuna con virus vivos para obtener una inmunidad a largo plazo, pero la vacuna puede ocasionar abortos espontáneos cuando se administra a animales preñadas. La vacuna que contiene virus inactivados no tiene este efecto colateral, pero se necesitan varias dosis para obtener un efecto protector, lo cual puede resultar problemático en zonas endémicas.

Para prevenir epizootias es necesario inmunizar a los animales antes de que se declaren los brotes. NO se debe vacunar a los animales una vez que ya se ha producido el brote, pues se corre el riesgo de intensificarlo. Durante las campañas de vacunación de los animales, el personal veterinario puede transmitir el virus de forma involuntaria a través del uso de viales multidosis y de la reutilización de agujas y jeringuillas. Si algunos animales de la cabaña ya están infectados y virémicos (aunque todavía no presenten signos evidentes de enfermedad), el virus puede transmitirse entre la cabaña, con la consiguiente amplificación del brote.

La restricción de movimientos del ganado o su prohibición pueden ser eficaces para retrasar la propagación del virus de las zonas infectadas a las no infectadas.

Como los brotes de FVR en los animales son anteriores a los casos humanos, el establecimiento de un sistema de vigilancia activa para detectar nuevos casos en los animales es esencial para alertar tempranamente a las autoridades de salud pública veterinaria y humana.

Educación sanitaria y reducción del riesgo
Durante los brotes de FVR, el contacto estrecho con los animales y, en particular, con sus líquidos corporales, sea de forma directa o a través de aerosoles, es el factor de riesgo más importante de infección por el VFVR. La única forma de reducir las infecciones y las muertes humanas consiste en concienciar a la población acerca de los factores de riesgo de la infección y de las medidas de protección para evitar las picaduras de mosquitos.

Los mensajes de salud pública destinados a reducir el riesgo deben centrarse en:

reducir el riesgo de transmisión de los animales al ser humano a consecuencia de las prácticas poco seguras de cría y sacrificio de animales. Es preciso lavarse debidamente las manos y utilizar guantes y otras prendas adecuadas de protección individual al sacrificar animales o manipular animales enfermos o sus tejidos;
reducir el riesgo de transmisión de los animales al ser humano a consecuencia del consumo de sangre fresca, leche cruda o tejidos animales no cocinados. En las zonas epizoóticas se deben cocinar bien todos los productos animales (sangre, carne y leche) antes de su consumo;
adoptar medidas de protección personal y comunitaria contra las picaduras de los mosquitos utilizando mosquiteros impregnados en insecticidas, repelentes de insectos, si los hay, y ropas de color claro (pantalones y camisas de manga larga), y evitando las actividades al aire libre durante las horas de máxima actividad hematófaga de las especies que actúan como vectores.
Guía para los viajeros sobre la inocuidad de los alimentos
Control de la infección en entornos sanitarios
Aunque no se han demostrado casos de transmisión de la FVR de persona a persona, sigue habiendo un riesgo teórico de transmisión del virus de los pacientes a los profesionales sanitarios a través del contacto con sangre o tejidos infectados. Los profesionales sanitarios que cuidan a casos sospechosos o confirmados de FVR deben aplicar las precauciones básicas cuando manipulen muestras de los pacientes.

En las Precauciones estándares en la atención de salud se definen las prácticas de trabajo necesarias para garantizar un nivel básico de control de las infecciones. Se recomienda su adopción durante la atención y el tratamiento de todos los pacientes independientemente de su estado infeccioso, sea potencial o confirmado. Dichas precauciones se aplican a la manipulación de la sangre (incluida la sangre seca) y de otros líquidos corporales, secreciones y excreciones (excluido el sudor), independientemente de que contengan o no sangre visible, y al contacto con piel y membranas mucosas no intactas.

Precauciones estándares en la atención de la salud
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Lucha antivectorial
Otras formas de controlar la propagación de FVR son el control de los vectores y la protección frente a sus picaduras.

La aplicación de larvicidas en los criaderos de mosquitos es la forma más eficaz de lucha antivectorial, siempre que los criaderos se puedan identificar claramente y su número y extensión sean limitados. Sin embargo, durante los periodos de inundación suelen ser demasiado grandes para que las medidas larvicidas resulten factibles.

Previsión y modelos climáticos de la FVR

La previsión de las condiciones climáticas asociadas frecuentemente a un aumento del riesgo de brotes puede contribuir a mejorar el control de la enfermedad. En África, Arabia Saudita y el Yemen, los brotes de FVR se asocian estrechamente a los periodos en que las precipitaciones son superiores a la media. La respuesta de la vegetación al aumento de las lluvias puede detectarse y medirse fácilmente mediante imágenes satelitales. Además, los brotes de FVR en África Oriental se asocian estrechamente a las intensas lluvias que se producen durante la fase caliente del fenómeno El Niño/Oscilación del Sur.

Estos datos han permitido elaborar modelos de previsión y sistemas de alerta temprana contra la FVR basados en las imágenes por satélite y los datos de previsión del tiempo y del clima. Este tipo de sistemas de alerta temprana se pueden utilizar para activar la detección de casos animales en las fases iniciales de un brote, permitiendo así que las autoridades pongan en práctica medidas para evitar epidemias inminentes.

En el marco del nuevo Reglamento Sanitario Internacional (2005), la previsión y la detección rápida de los brotes de FVR, combinadas con una evaluación exhaustiva del riesgo de propagación a nuevas zonas, son esenciales para aplicar medidas de control eficaces en el momento oportuno.

Respuesta de la OMS
En respuesta al brote declarado en el Níger en 2016, la OMS envió un equipo nacional de respuesta rápida multisectorial integrado por personal del Ministerio de Salud, servicios veterinarios y el Centre de Recherche Médicale et Sanitaire (CERMES). La unidad se desplegó el 31 de agosto de 2016 para realizar investigaciones sobre el terreno.

La Oficina de la OMS en Níger proporciona apoyo técnico y financiero para la vigilancia, la investigación de los brotes, la elaboración de orientaciones técnicas para la definición de los casos, el tratamiento de los casos, el envío de muestras y la comunicación de riesgos. La FAO, la OIE y la OMS coordinan la salud animal y humana y brindan apoyo adicional al país para hacer frente a los brotes. La OMS trabaja con sus asociados en la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos (GOARN) a fin de coordinar la ayuda internacional. Además, la FICR y el UNICEF también prestan apoyo en la respuesta a los brotes.