La lepra es una enfermedad crónica causada por un bacilo, Mycobacterium leprae.
La enfermedad afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos.
La lepra se transmite con frecuencia a través de las gotitas que se expulsan de la boca o la nariz, por medio de contactos cercanos y frecuentes con personas que no han recibido tratamiento.
En 2017 se registraron 211 009 nuevos casos de lepra a nivel mundial, según cifras oficiales provenientes de 159 países de cada una de las regiones de la OMS.
Introducción
La lepra es una enfermedad infecciosa crónica causada por Mycobacterium leprae, un bacilo acidorresistente con forma de curva. Afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias altas y los ojos. La lepra es una enfermedad curable. Si se trata en las primeras fases, se puede evitar la discapacidad.
Breve historia de la enfermedad y su tratamiento
La lepra es una enfermedad antigua, descrita ya en la literatura de las civilizaciones de la antigüedad. A lo largo de la historia, los enfermos con lepra se han visto condenados al ostracismo por sus comunidades y familias.
En el pasado el tratamiento de la lepra era distinto. El primer avance importante se realizó en la década de 1940 con el desarrollo de la dapsona. La larga duración del tratamiento —de años o a menudo durante toda la vida— dificultaba su cumplimiento. En la década de 1960, M. leprae empezó a presentar resistencia a la dapsona, el único medicamento antileproso conocido por entonces. A principios de esa década se descubrieron la rifampicina y la clofazimina, que posteriormente se añadieron al régimen terapéutico que más tarde se denominó tratamiento multimedicamentoso (TMM).
In 1981, la OMS recomendó el TMM, que en la actualidad consiste en tres fármacos: dapsona, rifampicina y clofazimina. El tratamiento tiene una duración de 6 meses en los casos paucibacilares y de 12 meses en los multibacilares. El TMM mata al patógeno y cura al paciente.
Desde 1995, la OMS proporciona TMM gratuito a todos los enfermos del mundo con lepra. Inicialmente, el TMM fue financiado por la Fundación Nippon, y desde 2000 mediante un acuerdo de donación con Novartis, que recientemente se ha comprometido a ampliar la donación hasta 2020.
La eliminación de la lepra como problema de salud pública (definida como una prevalencia registrada de menos de 1 caso por 10 000 habitantes) se logró en todo el mundo en 2000. A lo largo de los últimos 20 años se han tratado con TMM más de 16 millones de pacientes con lepra.
Respuesta de la OMS
En 2016 la OMS presentó su Estrategia mundial para la lepra 2016–2020: acelerar la acción hacia un mundo sin lepra, destinada a reforzar los esfuerzos por controlar la enfermedad. La estrategia se centra en evitar las discapacidades, especialmente entre los niños.
Estrategia mundial para la lepra 2016–2020: Acelerar la acción hacia un mundo sin lepra
La Estrategia Mundial contra la Lepra 2016-2020 se estructura en torno a los tres pilares básicos siguientes:
Pilar I: Reforzar la implicación de los gobiernos, la coordinación y las alianzas
Intervenciones fundamentales:
Asegurar el compromiso político y recursos suficientes para los programas de lucha contra la lepra.
Contribuir a la cobertura sanitaria universal, prestando especial atención a los niños, las mujeres y las poblaciones subatendidas, en particular los migrantes y los desplazados.
Fomentar las alianzas con agentes estatales y no estatales, y fomentar la colaboración y las alianzas intersectoriales a nivel internacional y nacional.
Facilitar y realizar investigaciones operacionales sobre todos los aspectos de la lepra y mejorar las evidencias para fundamentar las políticas, las estrategias y las actividades.
Reforzar los sistemas de vigilancia y de información sanitaria (incluidos los sistemas de información geográfica) para contribuir al monitoreo y evaluación de los programas.
Pilar II: Detener la lepra y sus complicaciones
Intervenciones fundamentales:
Mejorar los conocimientos sobre la lepra entre los pacientes y las comunidades.
Fomentar la detección precoz de los casos mediante la búsqueda activa en zonas muy endémicas y la gestión de los contactos.
Asegurar el inicio rápido del tratamiento y su observancia, además de tratar de mejorar los regímenes terapéuticos.
Mejorar la prevención y el tratamiento de las discapacidades.
Reforzar la vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos, y en particular las redes de laboratorios.
Fomentar los enfoques innovadores de la capacitación y las derivaciones, y mantener los conocimientos especializados sobre la lepra, por ejemplo mediante la cibersalud.
Fomentar intervenciones destinadas a la prevención de la infección y la enfermedad.
Pilar III: Acabar con la discriminación y fomentar la inclusión
Intervenciones fundamentales:
Fomentar la inclusión en la sociedad y luchar contra todas las formas de discriminación y estigmatización.
Empoderar a los afectados por la enfermedad y reforzar su capacidad para participar activamente en los servicios de atención a la lepra.
Implicar a las comunidades en la mejora de los servicios de atención a la lepra.
Fomentar la coalición entre los afectados y alentar la integración de esas coaliciones y sus miembros en otras organizaciones de base comunitaria.
Fomentar el acceso a los servicios de apoyo social y financiero, por ejemplo para facilitar la generación de ingresos para los afectados por la lepra y sus familias.
Apoya la rehabilitación en la comunidad para las personas con discapacidades relacionadas con la lepra.
Luchar por la abolición de las leyes discriminatorias y fomentar las políticas que faciliten la inclusión de las personas afectadas por la lepra.
Metas de la Estrategia Mundial contra la Lepra
la ausencia de discapacidades entre los nuevos pacientes pediátricos;
una tasa de discapacidades de grado 2 inferior a 1 caso por 1 millón;
que no haya ningún país con legislación que permita discriminaciones por el hecho de padecer lepra.
En agosto de 2016, la OMS publicó un Manual operativo para facilitar la adaptación y aplicación de la Estrategia mundial contra la lepra 2016-2020, cuyo objetivo es proporcionar a los gestores de los programas nacionales de lepra (o de entidades equivalentes) orientaciones sobre la adaptación y aplicación de la mencionada estrategia, dependiendo de la carga epidemiológica existente en sus países.
Estrategia mundial para la lepra 2016-2020 – Manual operativo
En marzo de 2017, el Programa Mundial contra la Lepra publicó su Estrategia Mundial para la lepra 2016-2020 - Guía de monitoreo y evaluación. Este Programa Mundial está asumiendo el liderazgo de la expansión de la red de vigilancia de la farmacorresistencia de la lepra, definida por la Estrategia Mundial contra la Lepra como una intervención fundamental. También se ha publicado una guía para la vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos en la lepra.
- Log in to post comments
- 1 view