El término «teniasis» se refiere a la infección intestinal provocada por una tenia. En el ser humano hay tres especies que causan esa infección: Taenia solium, Taenia saginata y Taenia asiatica, si bien solamente T. solium causa problemas graves de salud.
La teniasis por T. solium se transmite al ser humano por la ingesta de quistes larvarios de tenia (cisticercos) que pueden encontrarse en la carne de cerdo poco cocinada. Los portadores humanos excretan los huevos de la tenia con las heces y contaminan el medio ambiente cuando defecan al aire libre.
Los portadores humanos de tenias excretan los huevos en las heces y contaminan el medio ambiente cuando defecan al aire libre.
Tras su ingestión, los huevos de T. solium se transforman en larvas en varios órganos del organismo. Cuando alcanzan el sistema nervioso central pueden causar síntomas neurológicos (neurocisticercosis), en particular epilepsia.
T. solium es la causa del 30% de los casos de epilepsia en muchas zonas endémicas donde hay cerdos en libertad cerca de donde viven las personas. En las comunidades de alto riesgo, el 70% de los casos de epilepsia son atribuibles a T. solium.
Más del 80% de los 50 millones de personas afectadas en el mundo por epilepsia viven en países de ingresos bajos y medianos bajos.
Transmisión y carga de enfermedad
La teniasis es una infección intestinal provocada por tres especies de cestodos: Taenia solium (tenia del cerdo), Taenia saginata (tenia del vacuno) y Taenia asiatica.
El ser humano se infecta por T. saginata o por T. asiatica cuando consume, respectivamente, carne de vacuno o hígado de cerdo que no se han cocinado adecuadamente, pero la teniasis por estas dos especies tiene escasa repercusión en la salud humana. Por tanto, la presente nota descriptiva trata solamente sobre la transmisión de T. solium y sobre sus consecuencias para la salud.
La infección por T. solium se produce cuando las personas consumen carne infectada de cerdo cruda o poco cocinada. La infección por tenia causa pocos síntomas. Los huevos de tenia que los portadores excretan con las heces pueden infectar a los cerdos. Los huevos de T. solium también pueden infectar a los humanos que los ingieran (por vía fecal-oral o mediante la ingesta de alimentos o agua contaminados) lo que provocará infección tisular con el parásito en estado larval (cisticercosis humana).
La cisticercosis humana puede tener efectos devastadores para la salud. Las larvas, que se denominan cisticercos, se pueden desarrollar en los músculos, la piel, los ojos y el sistema nervioso central. Cuando se desarrollan en el cerebro, la enfermedad toma el nombre de neurocisticercosis. Algunos de sus síntomas son: cefaleas graves, ceguera, convulsiones y ataques epilépticos. En algunos casos puede ser mortal.
La neurocisticercosis es la causa prevenible de epilepsia más frecuente en el mundo, y se calcula que produce el 30% de los casos en los países donde esta parasitosis es endémica. En determinadas comunidades, la relación entre la neurocisticercosis y la epilepsia puede llegar al 70%. En entornos pobres y aislados en los que la enfermedad es prevalente, la epilepsia es difícil de diagnosticar y tratar, y es causa de grave estigmatización, especialmente entre las niñas y las mujeres (ya que comúnmente se asocia a la brujería).
La cisticercosis afecta principalmente a la salud y al sustento de las comunidades rurales de los países en desarrollo de África, Asia y América Latina. Reduce el valor de mercado del ganado porcino y vuelve insalubre el consumo de carne de cerdo.
En 2015, el Grupo de Referencia sobre Epidemiología de la Carga de Morbilidad de Transmisión Alimentaria señaló que T. solium es una de las principales causas de muerte por este tipo de enfermedades y la responsable de la pérdida de 2,8 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad. De acuerdo con los datos disponibles sobre la prevalencia de la epilepsia, se estima que entre 2,56 y 8,30 millones de personas padecen neurocisticercosis, sumando los casos sintomáticos y los asintomáticos.
Aunque un 70% de los pacientes epilépticos pueden llevar una vida normal si se tratan correctamente, factores como la pobreza, la ignorancia, una infraestructura de salud inapropiada o la falta de acceso a los medicamentos hacen que el 75% de las personas que padecen esta enfermedad reciban un tratamiento insuficiente o no reciban ninguno en absoluto.
Síntomas
La teniasis por T. solium, T. saginata o T. asiatica se caracteriza generalmente por síntomas leves e inespecíficos. Puede cursar con dolor abdominal, náuseas, diarrea o estreñimiento, que aparecen alrededor de ocho semanas después de ingerir carne que contiene cisticercos, una vez que la tenia se ha desarrollado completamente en el intestino.
Esos síntomas pueden mantenerse hasta que la tenia muere como resultado del tratamiento (en caso contrario, puede vivir durante muchos años). Se considera que, sin tratamiento, la infección con T. solium suele persistir de dos a tres años.
En el caso de la cisticercosis por T. solium, el periodo de incubación es variable y las personas infectadas pueden permanecer asintomáticas durante años. En algunas regiones endémicas (en particular de Asia), la infección produce nódulos (pequeños bultos que se perciben con el tacto) visibles o palpables a nivel subcutáneo.
La neurocisticercosis va asociada a diversos síntomas y signos, dependiendo del número, el tamaño, el estadio y la localización de las lesiones y de la respuesta inmunitaria del huésped, aunque también puede ser asintomática. Los síntomas pueden ser: cefalea crónica, ceguera, convulsiones (epilepsia si son recurrentes), hidrocefalia, meningitis, demencia y síntomas causados por el efecto de masa en el sistema nervioso central.
Tratamiento
El tratamiento de la teniasis por Taenia solium es importante para prevenir la neurocisticercosis y como herramienta para mejorar el control o la interrupción del ciclo de transmisión del parásito. El tratamiento puede llevarse a cabo de forma individual o mediante quimioprofilaxis, en función de las circunstancias locales y de las estrategias de control adoptadas. La teniasis se puede tratar con dosis únicas de prazicuantel (10 mg/kg) o niclosamida (adultos y niños mayores de 6 años: 2 g; niños de 2 a 6 años: 1 g). También se ha utilizado albendazol a 400 g durante 3 días consecutivos.[1]
En el caso de la neurocisticercosis, dado que la destrucción de los quistes puede producir una respuesta inflamatoria, la enfermedad activa requiere tratamientos especiales y a veces prolongados con altas dosis de prazicuantel y/o albendazol, además de tratamiento sintomático con corticosteroides y/o antiepilépticos o, en algunos casos, tratamiento quirúrgico. Las dosis y la duración del tratamiento son muy variables, dependiendo sobre todo del número, tamaño, localización y estadio de desarrollo de los quistes y del edema inflamatorio que los rodea, así como de los signos y síntomas clínicos, en especial si son graves o agudos.[2]
Prevención y control
Para prevenir, controlar y, eventualmente, eliminar T. solium se requieren intervenciones apropiadas de salud pública que abarquen los sectores de la veterinaria, la salud humana y el medio ambiente. Existen varias intervenciones para el control de T. solium que se pueden utilizar en diferentes combinaciones. En una reunión de expertos celebrada en 2009- en inglés. se señalaron las siguientes:
Intervenciones básicas de «efecto rápido»:
tratamiento de la teniasis en seres humanos;
intervención en cerdos (vacunación más tratamiento antihelmíntico).
Medidas de apoyo:
educación para la salud de la comunidad, en particular sobre higiene e inocuidad de los alimentos;
mejora del saneamiento: poner fin a la defecación al aire libre.
Medidas que requieren cambios sociales más profundos:
mejoramiento de la ganadería porcina: ningún cerdo en libertad; y
mejoramiento de la inspección y los procesos de elaboración de productos cárnicos.
Existen diversos modelos matemáticos que permiten determinar la probabilidad de éxito de las distintas combinaciones entre estrategias, así como el periodo de aplicación necesario para conseguir un control sostenido, aunque se trata de modelos que dependen de numerosos supuestos e incógnitas. No obstante, los modelos suelen coincidir en que la opción que ofrece más probabilidades de éxito, y con mayor rapidez, es la integración de intervenciones basadas en el enfoque de «Una sola salud».
Respuesta de la OMS
Promoción de una mejor gestión clínica de la neurocisticercosis
La epilepsia es uno de los signos clínicos más comunes en pacientes con neurocisticercosis. La OMS es consciente de que las personas con epilepsia sufren a menudo estigmatización y discriminación. La Organización insta a los Estados Miembros a respaldar el establecimiento y la aplicación de estrategias de gestión de la epilepsia y promover medidas destinadas a prevenir sus causas (resolución WHA68.20 de 2015). También ha publicado las WHO guidelines on management of Taenia solium NCC, cuyo objeto es promover una mejor gestión clínica.
Orientaciones para mejorar la capacidad de diagnóstico y apoyar a los países en ese objetivo
Las pruebas de detección en materia fecal, entre ellas la Kato-Katz, pueden servir para detectar huevos de Taenia y por lo tanto para identificar las zonas donde el parásito puede ser endémico. No obstante, la prueba no es específica de la especie, por lo que las muestras positivas deben confirmarse para T. solium.
El diagnóstico por imagen es la prueba de referencia para la neurocisticercosis, aunque en el caso de la Taenia solium se necesitan medios de diagnóstico mejorados, más sencillos y rentables. La OMS ha elaborado perfiles de productos específicos para el diagnóstico de la neurocisticercosis, la teniasis y la cisticercosis porcina, que se publicaron en 2017- en inglés..
Apoyo a los esfuerzos de los países en la lucha contra la cisticercosis
Los países afectados por la cisticercosis han solicitado a la OMS que respalde sus actividades de lucha contra la enfermedad. A continuación se detallan algunas de las medidas que se han adoptado:
Identificación de zonas donde la enfermedad es endémica (cartografía): Una de las primeras medidas de lucha contra la enfermedad consiste en identificar las comunidades o zonas endémicas en las que es preciso introducir medidas de control. La OMS ha desarrollado un protocolo de cartografía que incluye una herramienta basada en Excel para evaluar el riesgo y ayudar a los países a identificar las zonas de alto riesgo de endemicidad de T. solium.
Donación de tenicidas: En el marco de la cobertura sanitaria universal, y con miras a proporcionar acceso a medicamentos de calidad, la OMS ha negociado con Bayer una donación de tenicidas para luchar contra T. solium, a los que se puede tener acceso por conducto de la Organización- en inglés..
Apoyo a la validación de programas de control: Varios países están organizando programas experimentales e investigaciones operacionales para medir el efecto de las estrategias y perfeccionarlas. Un ejemplo es el proyecto piloto que se está aplicando en Madagascar- en inglés..
Orientaciones para poner en marcha programas de control: En las Américas, la OPS ha publicado Pautas operativas para las actividades de control de la teniasis y la cisticercosis causadas por Taenia solium. Contribución al control de Taenia solium en América Latina y el Caribe.
Fortalecimiento de la prevención y el control mediante el principio de «Una sola Salud»
El ciclo de transmisión de T. solium incluye a los cerdos como portadores intermediarios. Como parte de una estrategia global de control destinada a interrumpir el ciclo de transmisión del parásito, es importante adoptar medidas de control en los cerdos.
Fomento de un planteamiento multisectorial con partes interesadas clave: La OMS trabaja en estrecha colaboración con organismos asociados, entre ellos la Organización Mundial de Sanidad Animal y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) (lo que se conoce como Grupo Tripartito), para promover intervenciones en los animales y satisfacer las necesidades de colaboración interdisciplinaria en la lucha contra T. solium, con el objetivo final de prevenir el sufrimiento humano causado por la neurocisticercosis.
Promoción de intervenciones en cerdos: Las medidas específicas de control del ganado porcino incluyen la introducción de buenas prácticas agropecuarias, la vacunación de los cerdos con la vacuna TSOL18 y el tratamiento con oxfendazol. La vacuna previene la infección en los cerdos y el oxfendazol cura a aquellos que estuvieran infectados en el momento de la vacunación; ambos se pueden administrar de forma simultánea.
En coordinación con las autoridades veterinarias, así como con los principales asociados del sector animal, la OMS presta apoyo a proyectos piloto que incorporan intervenciones en los cerdos y son esenciales para alcanzar resultados a largo plazo.
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